martes, 22 de noviembre de 2011

Vida, muerte y resurrección

Nacimos el día en el que el joven tunecino, Mohamed Bouazzi, se inmolaba a lo bonzo porque el gobierno de su páis le había quitado el puesto de frutas que le daba de comer. Aquel acto, fuera de todo lo esperado incluso por nosotros, provocó una movilización social que desataría una ola de revueltas por todo el norte de África.

Al mismo tiempo (incluso antes), otras movilizaciones sociales y acontecimientos significativos se sucedían en cualquier región del globo. Europa como centro de revueltas sociales, superaba toda expectativa y las calles ardían. La crisis se agudizaba y los gobiernos, salvo excepciones, no hacían más que disminuir su poder favoreciendo a los mercados.

Algo se movía, las señales eran claras

Mientras en España, teníamos pocas esperanza de que pudiera suceder algo similar a lo que estaba pasando en otros lugares, pese a que motivos hubiera para ello. Ilusos nosotros que queriendo analizar la crisis con un enfoque global no supimos predecir (o sí, con la creación de este blog) lo que estaba apunto de suceder.

Y así fue, el 20 de mayo publicábamos nuestra última entrada para mostrar que, aunque nunca la hubiéramos abandonado, la calle iba a acaparar todo nuestro tiempo. Nacía en Madrid un nuevo movimiento que se acabaría extendiendo a la gran mayoría de ciudades del estado.

Algo se ha movido, las señales han quedado claras

Durante estos meses, hemos visto como la crisis ha seguido creciendo y con ella las movilizaciones sociales. El 15M se ha extendido e internacionalizado, logrando una movilización histórica el 15 de octubre, en más de 900 ciudades diferentes del planeta. También, otras movilizaciones sociales (no menos importantes) se han sucedido en otras partes del mundo. En Estados Unidos, las revueltas son cada vez mayores. En Chile, el movimiento estudiantil ha puesto en jaque al gobierno de Piñera, unas revueltas que ya no sólo se limitan a lo educativo. El pueblo árabe no se olvida de por qué se echó a la calle y continúa la lucha con o sin dictadores. En Israel (estado 52 del Imperio), también se han sucedido intensivas movilizaciones.

Nuevas señales nos obligan a volver

En Europa, directamente quitan gobiernos para implantar dictaduras tecnócratas del mercado, sin celebrar ni siquiera elecciones liberales. A los mercados ya no les vale, ni lo que la población denunciaba antes en las calles. En Estados Unidos, las revueltas continúan ante una represión masiva. Las revueltas árabes continúan y en España las elecciones demuestran que con menos votos, la derecha consigue más poder. Esto y muchas otras señales, nos obliga a volver.

Nuestro exilio obligado a diferentes lugares del mundo, nos impide continuar la lucha en las calles. España va a arder, al igual que el resto de Europa, somos conscientes de ello. Una etapa más violenta parece apunto de comenzar.

El cambio social, la revolución nunca ha dejado de caminar. Nuevas etapas se suceden y conviven unas con otras. Seguimos creyendo que todo tiene una relación directa con un cambio profundo, global, de la sociedad, aunque los mecanismos para alcanzarlo difieran. El neoliberalismo ha fracaso como modelo, depende de nosotros construir uno nuevo.




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