El clan del presidente electo Alasane Ouattara anticipó su victoria en los mercados mundiales de la semilla. Sentados frente a la televisión, millones de europeos aplaudieron hace unos días la "buena noticia para la democracia" según el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé que fue el bombardeo del búnker de Laurent Gbagbo y el acceso al poder del presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara. Sentados frente a sus ordenadores, un puñado de analistas del mercado internacional del cacao piensan que el ganador del conflicto marfileño es otro: se llama Anthony Ward, elegante donante del partido conservador británico y, desde hace poco, número uno mundial de la especulación con el cacao. Por cierto: este Ward también es yerno de Ouattara y en julio pasado anticipó en los mercados, con un golpe de mil millones de dólares contantes y sonantes, la victoria de su suegro gracias a la "comunidad internacional".
Público
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