Las protestas que han agitado el mundo árabe y han hecho caer a los presidentes de Túnez, Ben Alí, y de Egipto, Hosni Mubarak, se han extendido a Siria. El país gobernado desde julio de 2000 por Bachar El Asad, que sucedió en la presidencia a su padre Hafez El Asad, en el poder desde 1971, vive desde el día 15 de marzo las protestas más graves de su historia reciente.
El País
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